jueves, 24 de diciembre de 2020

 Un asunto complicado: El precio de un libro.


Llevo días preguntando a la gente qué precio les parece razonable para un libro, en concreto una novela. Me interesaba saber cuál era el precio que jamás pagarían, es decir, dónde ponían el nivel máximo. Y lo cierto es que las respuestas me han desconcertado más que otra cosa.

A nadie se le escapa que hoy día existen más entretenimientos que nunca (videojuegos, redes sociales, canales de TV de lo más diverso, etc). Tal vez por ello el libro haya quedado relegado a una posición más bien retrasada. Se dice que cada vez se lee menos, y tal vez el precio también contribuya a ello.

Por una parte, existe la percepción de que lo barato es normalmente malo, o de poca calidad. ¿Existen los BMW o Rolls Royce baratos?. Claro que no, esto es obvio. Sin embargo, son muy pocos los que dicen querer pagar más de 15 euros por un libro, afirman que es caro. DIcho de otra manera: no quieren comprar un libro "caro", pero se niegan a adquirir uno barato, porque seguro que será malo con ganas. 

Cuando observas en Amazon, por poner un ejemplo, los precios de los Ebook, ves que los precios son bastante bajos. Y hablo de autores muy conocidos y con muchas ventas. Lógicamente este formato tiene muchos menos gastos que un libro de papel (el propio papel, la tinta, el montaje, los gastos de envío...). Y es entonces cuando te das cuenta de que se trata de un tema estructural. Da igual el formato de una novela, ya que el lector habitual seguirá leyendo, y el que no lee nunca, pues eso.

Bastantes autores incluso aceptan poner en el mercado online sus obras gratis con el fin de ser conocidos, y ni por esas.

Y a final de todo, observas el panorama y lo cierto es que invita bien poco al optimismo. El escritor no puede vivir de la venta de su obra, y el lector se niega a pagar un precio medio. ¿Alguien tiene una varita mágica para arreglar esto?

sábado, 19 de diciembre de 2020

 ¿Qué importancia tiene la tapa de una novela? 

Hace tiempo leí no sé donde la frase 'Don't judge a book for its cover', que más o menos se traduce por: No juzgues un libro por su cubierta. Obviamente, no se refería a los libros, sino más bien a la apariencia externa de las cosas en general.

Y de eso quería hablar hoy. Resulta que acabo de ver un estudio en el cual se afirma que casi el 10% de los compradores de libros/novelas adquieren el producto guiándose únicamente por su tapa. Lógicamente esto se puede observar desde dos puntos de vista totalmente opuestos. El primero es que no importa ni la autoría de la novela, ni tampoco el asunto del que trata. Todo un éxito para el escritor, sin duda. Supongo que este tipo de comprador se trata de un lector muy esporádico, y quiero creer que la gente que es verdaderamente aficionada a las novelas no hace esto. El segundo, y que me ha hecho pensar bastante, es que la portada tiene cierto porcentaje de éxito en la venta de un libro.

Somos humanos, eso está claro, con lo que ello implica. La imagen atrae, es lo primero que nos llega. Muchos son los productos que se adquieren por su diseño, haciendo caso omiso a sus funcionalidades. Digamos que la vista es la que manda, sin más. De ello se derivan muchas situaciones peculiares, todos lo sabemos. Existen platos cuya visión no invitan precisamente a acercarse demasiado, pero que cuando los pruebas, la cosa cambia. Es por ello que la cuestión de la imagen externa resulta compleja, como complejas somos las personas en nuestra forma de actuar.

He estado echando un vistazo a infinidad de tapas de libros, con la finalidad de ver qué es lo que se está haciendo en la actualidad por parte de las editoriales. Y lo cierto es que hay de todo. Voy a intentar hacer un pequeño resumen, a ver qué os parece.

He clasificado las tapas en 3 tipos, y ya sé que podría haberlo hecho en muchos más, pero he preferido sintetizar:

Tipo 1.- La tapa llamativa. Todos sabemos a qué nos referimos, en algunos casos son auténticas obras de arte. Fusiones de imágenes impactantes, tipografías llamativas, colores que invitan a centrar la mirada en el producto, etc. Aquí he de reconocer que los diseñadores gráficos se lucen, en general. Cierto que son profesionales y que viven de ello. Evidentemente consiguen el objetivo de que no dejes de mirar la cubierta de ese libro que aún no sabes bien si adquirir o no. Y, en efecto, se trata de un reclamo que a más de uno captará, seguro. A este tipo de tapas pertenecen muchísimas de autores de fantasía/ficción, así como de aventuras.

 Tipo 2.- La tapa del paisaje. Hay montones de libros cuya cubierta consiste en una simple foto de un paisaje y poco más. Parece evidente que, mirando la tapa, no puedes tener ni idea de qué va el asunto. Supuestamente, la foto de un mar agitado puede invitar a pensar que en el libro está lleno de problemas y de conflictos. O no, pero esa es la impresión que la persona ignorante se puede llevar. También puede dar una pista del lugar donde se desarrollan unos determinados hechos, así una foto de un bosque nevado no presupondrá una acción en el Caribe. Para mí este tipo de cubiertas son las más intrigantes, reconozco que no tengo ni idea de lo que quieren transmitir. Y si intento deducirlo, seguro que me equivocaré.

Tipo 3.- La tapa muy simple. Es aquella desprovista de grandes impactos visuales. Realmente no los necesita. Suelen pertenecer a autores muy conocidos, sabedores de que sus seguidores comprarán sus libros sin atender a la portada. De estos libros he visto muchos, y resulta curioso cómo el escritor tiene claro la poca importancia de la imagen al público, en realidad no le hace ni falta.
Aunque el 90% de los lectores dicen que no adquieren las novelas por su tapa, lo cierto es que son muchos los escritores que se ponen en manos de diseñadores para que su producto tenga una apariencia visualmente atractiva. Como decía el famoso anuncio aquel: ¿Y usted qué opina?

sábado, 12 de diciembre de 2020

 Historias que me han impactado: 'El mundo del río'


En mi opinión, lo más importante de una historia consiste en la idea en sí misma. Que sea original, que no esté demasiado trillada. La originalidad es el rasgo distintivo de lo impactante, si bien películas como Gladiator fueron un importante éxito en los cines. Sí, una película de romanos, quién lo diría.

Pues bien, hoy quiero hablaros de una pentalogía de ciencia-ficción que en su día, ya hace mucho, me cautivó precisamente por su contenido. Nunca había leído nada parecido. Me estoy refiriendo a Riverworld, que aquí se tradujo como 'El mundo del río'. Su autor es el ya fallecido Philip José Farmer, un escritor norteamericano.


Esta serie de libros fueron publicados por Ultramar Editores S.A, y la verdad es que los terminé casi devorando. Pocas novelas me habían llamado tanto la atención, la verdad.

El argumento básico consiste en que un día resucita toda la humanidad a la orilla de un enorme y serpenteante río, del cual nadie conoce su origen. Se dice que tiene millones de kilómetros, pero no es seguro. Curiosamente, todos los resucitados recuerdan sus vidas pasadas, pero nadie tiene ni idea de qué hacen allí. Digamos que viene a ser como una segunda oportunidad que se le ha concedido a todos los fallecidos de todas las épocas. El desconcierto inicial, lógicamente, resulta enorme para todas aquellas sorprendidas personas.

La primera misión de los resucitados es descubrir qué hacen allí y por qué. Sospechan que hay algo de artificial en todo aquello, que debe de haber alguien detrás de aquel aparente milagro de resureccción. Pronto descubrirán que en aquella especie de paraíso no es necesario trabajar para conseguir comida, ya que unas extrañas estructuras en forma de seta proporcionan alimentos. Y esto no será nada, ya que posteriormente comprobarán que todos son inmortales. En realidad mueren, pero aparecen luego en otros puntos del río. Más intrigante, imposible.

Esta saga, realmente extensa, ha sido interpretada desde muchos puntos de vista. ¿A alguien antes se le había ocurrido pensar en una resurección masiva? La formación de una nueva sociedad no será una tarea fácil, dada la enorme mezcla de seres de toda época y condición, y así no tardan en aparecer esclavistas, opresores y toda clase de conflictos entre ellos. Y, por supuesto, también una nueva iglesia que propugna que deben aprovechar esta segunda oportunidad de vivir para redimirse de sus pecados anteriores. No falta de nada.

La intriga no cesa en ninguno de los libros, y se corre la voz de que el secreto de

todo reside en las fuentes del enorme río. Y aquí es donde empieza realmente la aventura, ya que son muchos los que se deciden ir a buscar el nacimiento del río. Como es de suponer, el largo viaje estará salpicado de conflictos y problemas tribales de todo tipo.

Los libros, por orden cronológico, son los siguientes: 1º.- A vuestros cuerpos dispersos (Premio Hugo de ciencia-ficción), 2º.- El fabuloso barco fluvial. 3º.- El oscuro designio. 4º.- El laberinto mágico, y 5º.- Dioses del mundo del río. En realidad, existe además un sexto libro llamado 'El río de la eternidad' que también está relacionado.

Podría estar aquí horas hablando de estas novelas, pero ya sabéis que no me gusta hacer posts demasiado largos, tienden a aburrir.

Una recomendación: Si te gustan las historias originales, no te pierdas 'El mundo del río'. Eso sí, busca tiempo para leer, que es bastante extenso. Recuerdo que me leí los 5 libros dos veces seguidas, algo que jamás había hecho antes.


domingo, 6 de diciembre de 2020

 Escribir un libro, una experiencia extraordinaria

Como escritor novato que soy, os voy a contar lo que pienso sobre ponerse manos a la obra con tu primera novela. Lo primero que me planteé era el género sobre el cual quería escribir. Como aficionado a la ficción y el suspense, opté por hacer una mezcla de ambos géneros, con el peligro que ello comportaba. Y digo esto porque he comprobado que la mayoría de gente suele ser de gustos fijos. A los aficionados a la novela negra no les suelen hacer mucha gracia otros géneros distintos. En cuanto a los de la ciencia-ficción, aquí la variedad es bastante mayor, pero siempre dentro de unos determinados parámetros fantásticos.

A nadie se le escapa que gustar a todos es imposible, por lo que no queda otra opción que admitir que tendrás muchas críticas negativas. Las cosas son así, y me temo que esto no cambiará. Personalmente, aunque no me guste, suelo aceptar los palos. Entiendo que pueden y deben servir para mejorar. Digamos que lo primero es armarse con un buen escudo, sospecho que falta hará.

Una cosa buena que tenemos los que vamos de independientes por la vida es que podemos escribir lo que nos venga en gana sin hacer demasiado caso a nadie. Yo no soy profesional, así que no me veo presionado por aquello de vender más o menos libros. Ni tampoco tengo mayor intención de pasar a la historia, por lo que mi libertad de movimientos es total. Eso me gusta. Tengo mi trabajo, del cual vivo, y escribir novelas no deja de ser para mí un hobby, el cual me genera cierta felicidad personal.

Dicho lo anterior, también debo puntualizar que me parece maravilloso que una historia que me he inventado entre cuatro paredes sea leída por personas que no me conocen de nada. Simplemente se han sentido atraídas por la temática y van a ver de qué va la cosa. El autor poco importa, no es nadie (quiero decir que no es nadie relevante). En realidad yo creo que la mayoría de lectores compran las novelas basándose en dos premisas fundamentales: la primera es que conocen al autor, del cual ya han leído sus libros anteriores y les han gustado. Y la segunda es que el tema les atrae, sea el que sea.

Las novelas tienen algo de personal que otros medios no. La esencia reside en que todos nos imaginamos a los protagonistas. Esto no ocurre cuando ves una película, ya que los personajes son los que son y punto, no hay nada que imaginarse. Leer es algo muy diferente, mucho más imaginativo. La lectura comporta una voluntariedad de pensamiento, la construcción de unos hechos que figuran en tu imaginación. Por eso se dice que suelen ser mejores los libros que las películas (yo también lo creo). Cuando vi en el cine la película 'El silencio de la ciudad blanca' me llevé una gran decepción, ni se parecía a lo que yo había leído, un libro muy intrigante e interesante. Seguro que esto también os ha ocurrido a vosotros en alguna ocasión.


Lógicamente resulta más sencillo no pensar que ponerse a imaginarse nada. Por eso creo que a la televisión le quedan muchos años de vida. Simplemente no hace falta nada para su uso, tan solo tener ojos para ver y poco más.

A mí, personalmente, siempre me ha gustado que me sorprendan. Por ello creo en la fuerza de una historia muy original. Si hacemos todos lo mismo, vamos por muy mal camino. Hay que atreverse a innovar, sin temor. Puede que salga mal, claro que sí. Pero como si todo en la vida nos saliese bien...

No quiero enrollarme más, pesados sobran. Tan solo aconsejaría a aquellos que como yo, están empezando, que no decaigan. Dicen que la felicidad en esta vida consiste en hacer lo que deseas, sin más. ¿A que parece sencillo? Pues no lo es.

jueves, 3 de diciembre de 2020

Lo que nos estamos perdiendo

Montones de veces me he preguntado cuántos buenos grupos de música no he escuchado en toda mi vida. Seguro que muchos, y es una pena, desde luego. Lo mismo es aplicable al cine y a los libros. Y es que resulta que la oferta es tan enorme que resulta imposible llegar a todo. Ni yo ni nadie.

                                 - Algunos grupos musicales nos han marcado a todos.

Realmente resulta emocionante cuando escuchas un buen grupo musical, del cual te has enterado de su existencia prácticamente de rebote. Un primo se lo ha comentado a la suegra del cuñado del primo hermano de nosequién, y al final ha llegado hasta tus oídos.

La selva es enorme, y bien tupida. Y por lo visto no poseemos machetes adecuados para despejar el paso. Yo creo que es una consecuencia normal de que en este mundo somos más que moscas. El otro día me comentaba un colega que en el planeta Tierra hay más de siete mil millones de humanos, y lógicamente algunos crean cosas guapas, eso está claro. Otro día hablaré de las porquerías que hacen otros, que es un tema súper amplio.

                                    - Lo de la lectura es caso aparte. Y pinta realmente mal.

Evidentemente el gusto es algo muy personal, y a cada uno le van unas cosas. ¿No te resulta curioso que, cuando ves una película que te ha encantado, a otros simplemente les importa un carajo?