sábado, 14 de agosto de 2021

Un asunto delicado: Las faltas de ortografía (1).


Todos los que seguís mis andanzas en Twitter ya sabéis de sobra que soy un aficionado a la literatura fantástica y de intriga/suspense. Eso no es ningún secreto. También sabéis que un buen día me dio por comentar en este blog los libros que iba leyendo, eso que llaman reseñas. Dichas reseñas, no hace falta ser un genio para adivinarlo, terminan siendo una publicidad más para el escritor. Ciertamente mucha gente las lee y se basa en ellas para adquirir, o no, sus novelas. Dicho de otra manera: las reseñas tienen su importancia, o al menos eso aseguran muchos.

Antes de nada me gustaría indicar algo obvio: lo más fácil en esta vida siempre es no hacer nada. De esta manera, no molestas a nadie ni te creas problemas de ningún tipo.

Cuando das tu opinión sobre una novela estás mostrando a los demás tus gustos, pero además dejas a entrever lo que no te agrada. Es decir, de alguna manera te expones a la crítica. A mí eso no me da miedo, tal vez sea porque no soy ningún profesional, y eso me permite expresarme sin pensar mucho en lo que pensará nadie. Es evidente que habrá gente con la que coincidirás y otros con los que no. ¿Y qué? Realmente todo funciona así: la música, el teatro, la pintura, el deporte...

Como soy persona que leo bastante de todo, y que además me atrevo con los escritores noveles, pues ¿qué queréis que os diga? Uno acaba leyendo obras de lo más variopintas y con muy diferentes niveles en cuanto a la calidad del producto.

A todos nos gusta que los demás hablen bien de nosotros, de eso no cabe duda. El problema es que esto no siempre es posible cuando damos nuestra opinión sobre un libro. No seré yo quien diga si una novela es buena o mala, en eso nunca entro, pero sí que diré si a mí me gustó o no, y sobre todo indicaré el porqué.

Pues bien, el caso es que he podido comprobar que una de las cosas que más desagradan a los escritores es que menciones que has encontrado faltas ortográficas en su obra. Curiosamente, no les molesta tanto si comentas que la trama no te ha acabado de gustar, o que te parece muy rebuscada toda la historia, por citar un par de casos. ¿Por qué creo yo que esto sucede?


"A mí nadie me dice cómo debo escribir"


Tengo la impresión de que cuando hago mención a las faltas ortográficas es como si le dices a un tenista que no sabe ni por donde se coge la raqueta, o a un futbolista si sabe si el balón es redondo o cuadrado. Vaya, que parece que le estés diciendo al escritor que es un ignorante. Esto no es así, y voy a intentar explicar el asunto.

En primer lugar, la gran mayoría de escritores tiene un dominio medio/alto del lenguaje, al menos del lenguaje más habitual. Hay que tener en cuenta que un libro, digamos medio, contiene unas 45.000 palabras, por lo que si aparecen 10 faltas, el porcentaje es realmente bajísimo (por cierto, si una misma falta aparece 100 veces en una novela, para mí es una falta, no 100).

En segundo lugar, hay que tener en cuenta que muchos autores, especialmente los noveles, no cuentan con correctores. Y esto tiene su lógica: si no saben si van a vender algún libro, también son ganas de gastarse un dinero en un profesional. Con el tema de las portadas sucede lo mismo, y así son muchos los que se la guisan y se la comen, como dicen por ahí.

Os puedo asegurar que he leído libros con muchas faltas, demasiadas para mi gusto. Y debo reconocer que deslucen bastante la obra. En mi caso, no tengo el más mínimo interés de poner a parir a nadie, pero sí que intento llamar la atención sobre un hecho que creo que debería ser mejorado, siempre desde un punto de vista constructivo. Punto.

Me llaman mucho la atención las faltas básicas de acentuación, ya que con un simple corrector ortográfico, que ya va incorporado en los procesadores de textos, este asunto podría quedar solucionado. Lo que sucede es que existen muchas palabras que a veces llevan tilde y otras no (cuando, como, porque, el, mi, que, donde, cuanto...), y esto no es tan sencillo de corregir para un corrector electrónico.


En resumen


Todo el mundo comete algunas faltas de ortografía, eso parece inevitable, pero en ningún caso ello implica que el autor descuide su obra o falte al respeto al lector. Eso sí, conviene reducirlas tanto cuanto sea posible, ya que el exceso puede implicar que la persona lectora ya no repita y opte por descartar a ese autor/a para siempre. Pensemos que la oferta editorial es monstruosamente grande, y por tanto hay muchísimo donde elegir.


En un próximo post, hablaré sobre las faltas más habituales que me he ido encontrando en mis lecturas. Ya adelanto que algunas son hasta divertidas. Hasta la próxima, querida policía lingüística.

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