jueves, 6 de junio de 2024

El esperpento cotidiano

 



Como ya muchos sabéis, acabo de publicar mi último libro: 'He visto cosas que vosotros... ¡también!'. El título es una parodia de la famosa frase de Blade Runner (¿Blade qué, eso qué es?).


La verdad es que me apetecía mostrar a los lectores/as mi particular punto de vista sobre ciertas situaciones cotidianas que a mí siempre me han parecido de lo más ridículo. Y no por ello dejan de repetirse en una especie de bucle infinito, cumpliéndose aquello de que uno es imbécil hasta que se plantea cambiar sus actitudes diarias. Pero para eso existe una condición previa indispensable: hay que detenerse a reflexionar, a pensar en cómo son las cosas, en cómo actúa la gente, nosotros incluidos, por supuesto. Y eso ya es otro cantar. Pensar cansa, es aburrido, parece una pérdida de tiempo, lo cómodo siempre es no hacer nada, que se compliquen los demás.


Es cierto, analizar los comportamientos sociales nos lleva a admitir que el mundo da vueltas porque así está programado, no porque la sociedad contribuya en absoluto a ello. Para lo único que parece ser que servimos es para autoaniquilarnos, que eso sí que se nos da bien, es la especialidad de la casa. Por eso, creo yo, las clásicas preguntas de quiénes somos, adónde vamos y de dónde venimos nunca tendrán respuesta.


Así pues, el planteamiento que me hice con esta nueva publicación fue, ni más ni menos, intentar hacer ver al personal la cantidad de idiotadas que hemos asimilado como 'normales'. Y ojo, porque en este planteamiento entramos todos, no vale con asimilar que los otros son los que molestan, nosotros también formamos parte del incordio cotidiano, sin duda.


Aunque estoy seguro que casi nadie se parará a meditar sobre el fondo de las cuestiones que se plantean, esa es mi intención: intentar remover conciencias, inducir a la meditación personal. Más allá de la vergüenza que, estoy seguro, generarán las diversas situaciones sociales que relato, que lógicamente están todas basadas en hechos reales que todos hemos vivido en alguna ocasión.


Porque vosotros también lo habéis visto, igual que yo. Otra cosa es que se haya optado por mirar hacia otro lado o por ponerse una especie de gafas oscuras permanentes para no verlo. Eso sí, he optado por tomármelo con cierto buen humor, que amarguras ya hay demasiadas en esta vida.


Saludos a todos.

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